LA RUEDA DEL TIEMPO - YO ESTO LO HE VISTO ANTES

Estos periodos (afortunadamente no demasiado largos) en los que no tenéis noticias mías, suelen dejarme una ligera ansiedad. Primero porque parece que (una vez más) la vida me sobrepasa y queda demostrado que me resulta imposible compatibilizar mis tareas con el proyecto de La Batalla por la Cultura Pop. Y en segundo lugar porque significa que en todos estos días, no he podido finalizar nada que plasmar en este lienzo (únicamente Spiderman: No Way Home, pero no quise meterme en el jardín de analizarlo sin spoilers; mismo motivo por el que tampoco he sacado hueco para Hawkeye). Por otra parte todo esto no es si no el reflejo orgánico de la realidad en la que vivo, lo cual no debería preocuparme, ni preocuparos, ya que si veis que La Batalla por la Cultura Pop decelera, es porque mi vida también lo hace pero eso no significa que nada vaya a terminar.
Dicho esto. Sabed que tengo varias cosas a puntito de caramelo que irán llegando en los próximos días (o eso espero) además de un haulazo titánico que para compensar la ausencia del de hace un par de semanas, vendrá cargadísimo con todo lo del mes y de regalo (nunca mejor dicho) todas las sorpresas navideñas que no han sido pocas.
Pero aquí hemos venido a hablar de La Rueda del Tiempo. Y si antes os contaba toda la chapa de por qué no ha habido análisis en estas semanas, precisamente es debido a que la "ambiciosa" serie de Amazon Prime casi se ha quedado fuera también, no por falta de tiempo que dedicarle a su redacción, si no por pura pereza. Esto ya os da una pista de que no se trata de una serie que me haya gustado especialmente. Pero como La Batalla por la Cultura Pop trata de traeros paz y amor (y de divulgar, más que criticar), vamos a ver que podemos arañar en esta ocasión.

La Rueda del Tiempo está basada en una serie de novelas de fantasía que nos presentan un mundo en el que la magia está ostentada por el poder femenino. Los hombres, al intentar encauzar las habilidades sobrenaturales, se van adentrando lentamente en la locura, por lo que su práctica está prohibida para el género masculino desde que hace miles de años, el Dragón (el mago más poderoso, y a la vez varón) destruyera el mundo. Ahora una nueva amenaza acecha y sólo uno de los 5 posibles candidatos a ser el Dragón Renacido podrá evitarlo, o sumir al mundo en una nueva desesperación.
Joder, de entrada la premisa me atrae muchísimo. De hecho, durante los 8 episodios de la primera temporada no he tenido más que cal y arena. O momentos de la trama que me interesan enormemente y me tienen pendiente a lo que cuentan como si por despistarme nunca fuera a encontrar el camino. O episodios en los que literalmente (al menos en una ocasión) he llegado a dormirme (estoy muy cansado, como podéis comprobar). Desmenuzar el por qué de esta bipolaridad nos puede llevar un rato. Pero creo que hay dos problemas clave. El enfoque en materia de ritmo afrontado por Amazon para llevar a cabo la adaptación. Y el material original (las novelas).

Al no haber leído los libros de Robert E. Jordan, no puedo decir como de fiel es la adaptación al formato televisivo (ya sabéis lo que pienso al respecto en general). Pero a la serie le veo una falta de ritmo tremenda, y dicha falta de ritmo me parece que está más relacionada con la cantidad de material de las novelas que se vomita en cada episodio que con una cuestión narrativa interna. Por ejemplo, hay episodios donde da la sensación de que nos hemos zampado un par de novelas (el primer episodio al parecer es el primer libro entero). Luego la cosa frena por dos capítulos donde no sucede casi nada, y de repente ya estamos con otro salto que parece habernos dejado atrás otro buen puñado de capítulos de la historia. Aparecen amenazas o aliados claramente importantes de los que luego no se vuelve a saber nada, quizás porque aparecerán en un futuro, quizás porque lo que era mucho texto en las novelas, aquí se ventila rápidamente. Todo esto genera una sensación de irregularidad que no termina de hacerme tragar La Rueda del Tiempo con facilidad pese a mi buena predisposición.
El otro problema que puede estar más relacionado con el material original es, que pese a sus ligeros cambios interesantes, esta historia ya la he visto. Y la he visto demasiadas veces. Entiendo que El Señor de los Anillos es una obra seminal. Pero las similitudes con La Rueda del Tiempo se me antojan demasiadas. Un grupo de amigos que se ven metidos en una aventura sin esperarlo, donde uno de ellos es el elegido para derrotar al Señor Oscuro. Este elegido tiene que llegar hasta el corazón del territorio de dicho Señor Oscuro (casi en solitario) donde allí deberá usar un artefacto para derrotarlo. Pero usar este artefacto (o la magia) le va corrompiendo. En un momento determinado todos se separan, para que cada uno pueda desempeñar un papel clave para el destino del mundo estando en el lugar adecuado en el momento preciso. Hay seres encapuchados oscuros que lideran a las hordas del mal. Una ciudad que debe resistir el último envite de las fuerzas oscuras, una batalla entre las últimas defensas de la humanidad y dicha ciudad. Un mago (o hechicera) que los guía a todos. Y puedo seguir así hasta que me aburra...

Aún así, pese a sus defectos, La Rueda del Tiempo ha conseguido despertar mi curiosidad hasta el punto de plantearme volver para una segunda temporada. Y ha reafirmado mi deseo de leer las novelas (algo que ya estaba en mis planes desde hace muchísimos años) a pesar de que sigo con esa sensación de que se trata de un material que podría haber envejecido regular por ser muy clásico. Y es que pese a sus similitudes con la gran obra de fantasía de Tolkien, sigo con la sensación de que tiene suficientes elementos propios que la convierten en una obra con interés. El problema es que dichos elementos parecen no haber sido aprovechados para esta adaptación en detrimento de resaltar aquellos que iban a provocar las más odiosas comparaciones.
Y que pocas ruedas he visto yo para llamarse como se llama la serie...