ENCANTO - NO SE HABLA DE BRUNO

01.01.2022

¡Feliz 2022 a todos! Empezamos un nuevo año cargado de ilusión y nuevos propósitos (ja, ja, ja). Pero sobre todo, lo que tenemos ante nosotros desde ahora mismo, es un lienzo en blanco de 365 días que llenar de cultura, entretenimiento y diversión. Sí, llevamos un par de años bastante jodidos, pero aquí seguimos al pie del cañón, y a pesar de los altibajos, todos mantenemos una actitud positiva y estoy seguro que esto ha sido en gran medida gracias a la cultura que hemos consumido día a día. Así que no se me ocurre mejor forma de empezar este recién estrenado 2022 con una reseñita llena de color, diversión y buen rollo.

Porque eso es lo que nos propone Encanto, la nueva película de Disney Animation Studios que además ya tenéis sin coste adicional disponible en Disney+. Una película llena de personajes entrañables, una música para el recuerdo y un mensaje fundamental sobre la identidad, la responsabilidad y la familia. Y para el que le interese, visualmente hecha como los ángeles. Ya os digo, una auténtica sacada de chorra a nivel técnico.

Encanto nos presenta a Mirabel, uno de los últimos integrantes de la Familia Madrigal. Hace muchos años, la familia llegó a las montañas huyendo del peligro y allí se produjo el milagro. Una vela mágica otorgó a la familia una casa en la que vivir y dones sobrehumanos para todos los miembros de la familia para que sirvieran a la comunidad de refugiados que a día de hoy forman un pueblo completo que depende de los Madrigal. Pero Mirabel, al alcanzar la edad de probar suerte en la ruleta de los dones, no recibió ninguno. Sin saber entonces que ahora, llegado el momento, es precisamente esa falta de poder la que hará de Mirabel una figura clave para la supervivencia de su familia.

La película ya desde los primeros tráileres, huele a Colombia. No soy colombiano, y por desgracia tampoco conozco el país. De manera que si alguien de allá me lee, por favor que me confirme si la cinta realmente refleja bien la cultura del país, como ya hiciera Coco con México (algo que varios amigos mexicanos pudieron confirmarme en su momento). Desde luego, parece que Disney sigue apostando por la integración, y en esta ocasión la casi totalidad del reparto es colombiano. Algo que dota a la película de su propia identidad. Esta decisión creativa me hace preguntarme una cosa. Siento curiosidad por saber que decisión afrontarán los poco amigos de ver las obras en versión original ya que Encanto únicamente cuenta con el doblaje original en inglés o el español latinoamericano. Estoy seguro que ninguna de las dos opciones serán especialmente agradables a aquellos que gustan de disfrutar las películas y series de su versión doblada en español de España. 

Como viene siendo habitual últimamente en esta casa, la película ha tenido que ser vista en dos tiempos. La niña no suele dejar que tengamos 2 horas para verla de una tacada. Y cuando lo hace, es demasiado tarde para que el cuerpo aguante. Así que Encanto ha sido nuestro plan de Nochevieja después de las uvas y de la mañana de Año Nuevo antes de comer. Y dice mucho en favor de la película que esta mañana la cogiéramos con bastantes ganas deseando saber como seguían las aventuras de Mirabel intentando salvar la magia de su familia.

Siempre digo que las obras de ficción no tienen por qué ser ejemplarizantes ni moralizantes. Ni siquiera la animación. Pero eso no quiere decir que no sepa valorar cuando una película cuenta con un mensaje positivo que ayude a los niños (o adultos) que la vean a crecer un poco más como personas autosuficientes en una sociedad cada vez más agresiva con las mentes y el físico de sus integrantes. En el caso de Encanto todo este mensaje gira en torno a la identidad de lo que hace a una persona especial, las relaciones interpersonales dentro de la familia y las expectativas que tanto nosotros como los demás volcamos sobre nuestras personas. Lo interesante es que estos mensajes permean toda la cinta y no se tratan de una moralina pegada al final para dejar a los padres contentos de que sus hijos se vuelvan a casa con un mensaje positivo. 

Como suele ser habitual con los Clásicos Disney, Encanto cuenta con una banda sonora bastante reseñable. Con canciones pegadizas que combinan ritmos clásicos con la música pop más moderna. Una de esas pistas sonoras de las que acabaremos con alguna canción favorita que no pararemos de escuchar una y otra vez. El humor, las animaciones, el diseño de personajes. Todo destila buen rollo, color y alegría. Sin lugar a dudas una película muy disfrutable. Quizás no llegue al nivel de los grandes clásicos de la compañía del ratón Mickey (o si, que yo conozco a más de un criajo que se pone Raya y el último Dragón en bucle), pero sin duda mantiene ese altísimo nivel de las producciones animadas desde que en 2009 estrenaran Tiana y el Sapo (seamos honestos, desde entonces no han estrenado una película mala, nos gusten más o menos). 

Así que supongo que ahora sí que hablamos de Bruno...


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